La vida exige pocas condiciones para gozarla plenamente. Una
es la valentía. No se puede vivir con miedo. Quien vive con miedo, no está vivo
realmente. Es un muerto caminante. Uno no nace cuando sale de la madre, sino
cuando te das cuenta que estás vivo. Sabias palabras de Facundo Cabral. La vida
es riesgo constante. Es lanzarte al vacío. Todo riesgo conlleva cierta
incertidumbre, cierta duda, es normal, pero hay que asumirlo.
Puede que lleve algún tiempo para que comiences a vivir la
vida con plenitud una vez asumes la valentía. La vida tiene millones de regalos
para ti, pero antes comprueba que realmente los mereces. Es como si estuvieses
parado frente a la entrada de un bosque, el bosque de la vida. Una vez te
animas a entrar, al instante no todo parece hermoso. Puede que haya un poco de
oscuridad, sombras y el ambiente sea
confuso. Pero si mantienes tu camino firme, sin vacilar, aunque sientas miedo,
con toda seguridad llegarás al maravilloso río, rodeado de hermosos árboles y
flores. Esa belleza, con todas sus virtudes, te las ganaste por mantener el
camino pese a que al principio había oscuridad.
Piensa esto ¿Eres feliz en tu trabajo? ¿Eres feliz con tu
pareja? ¿Eres feliz haciendo lo que haces? ¿Siendo como eres? Llegó el momento
de cambiar, de ser y hacer lo que realmente quieres hacer. Es normal que sientas dudas. Pero créelo, vale la pena
asumir el riesgo. La recompensa de la valentía es nada menos que la vida.
Debes realizar profundos cambios en tu vida para lograr la
felicidad. Algunos cambios son dolorosos, porque trae el nacimiento de nuevas
costumbres, y los nacimientos a veces son dolorosos. Como el parto, que duele
pero trae la vida.
Dentro de ti está la respuesta. Tú sabes lo que quieres
hacer, quién quieres ser. Lo sabes, pero te da miedo aceptarlo porque reconoces que para llegar a ese punto necesitas
hacer muchos y radicales cambios en tu vida y te da miedo. Y es normal que
sientas miedo. Es normal. Y no te preocupes por ello. En esta vida está permitido
caerte, pero no quedarte en el suelo. Levántate y anda!! Hazlo! Vale la pena. Luego disfrutarás de la
maravillosa recompensa de la vida.
Si no te gusta tu actual trabajo, renuncia. Si no estás
feliz con tu pareja, sigue tu camino. No puedes hacerte cargo de nadie. Solo
debes hacerte cargo de ti mismo. Es la misión que te puso Dios. No lo defraudes
a él. Pero más importante, no te defraudes a ti mismo.
Lo que debas hacer, hazlo en este momento. No pierdas un
segundo. En este preciso momento puedes comenzar de nuevo. Yo lo estoy haciendo
y vale la pena. Nada como seguir a tu sueño. La felicidad que se siente es
total. Y lo que debes hacer no te dejará en paz hasta que lo hagas. Entonces,
evítate perder el tiempo y actúa ya! La vida es aquí y ahora!